Quienes Somos

Elegí este nombre para mi spa porque está profundamente conectado con una etapa significativa de mi vida: el embarazo de mi hijo. Fue una experiencia llena de desafíos y milagros.

Durante el embarazo, enfrenté numerosos riesgos de aborto y una serie de complicaciones. Tuve que aplicarme hormonas cada semana para que sus pulmones se desarrollaran más rápido, ya que existía la posibilidad de un nacimiento prematuro. Además, sufrí de diabetes gestacional y tuve que inyectarme insulina regularmente. Mis movimientos eran muy limitados; debía mantener los pies elevados y evitar caminar.

A pesar de todas estas dificultades, luché con todas mis fuerzas para protegerlo. Inconscientemente, comencé a llamarlo «mi ángel», un término que encapsulaba todo el amor, la esperanza y la fe que sentía en esos momentos.

Cuando llegó el momento de elegir su nombre, una tía mía, que es monja, me sugirió el nombre de David, el rey bíblico. Me encantó la fuerza y el significado que ese nombre tenía. Así, combiné su esencia celestial con el amor que lo definía, y para mí, mi hijo se convirtió en un verdadero regalo del cielo.

Por esta razón, decidí que mi spa llevara el nombre Celestial Angel. Este espacio refleja la misma energía de cuidado, fe y amor incondicional que me acompañaron en esa etapa de mi vida. Aquí, mi objetivo es brindar a cada persona que nos visita una experiencia sanadora, llena de luz y bienestar.